Almería, España

Sede de Cajamar

¿Y por qué no trabajar en un oasis?

La parcela del proyecto se encuentra situada a escasos kilómetros de la única zona desértica de Europa, el Desierto de Tabernas, con la que comparte características climáticas. La figura del oasis como motor del proyecto surge ante el requerimiento de la propiedad de contar con grandes áreas exteriores de trabajo para disfrute del personal laboral de la sede. Su reproducción inteligente pasará por establecer una suerte de simbiosis entre arquitectura y oasis. Introducir ese oasis en el centro de la arquitectura será clave en esta operación. La arquitectura protegerá al oasis de la desecación y éste ofrecerá a cambio su exuberancia vegetal como escenario de esa “oficina exterior”.

En el exterior de esos edificios “de corazón verde” la vegetación endémica de esta zona de Almería será la protagonista. Un entorno árido, acorde con el clima, fácilmente sostenible y de belleza brutal: el desierto.

La tipología de oficina planteada ofrece flexibilidad al cliente, haciendo posibles tanto el open space como la compartimentación en despachos. Las fachadas interiores, de vidrio, se abren a los oasis y, en las exteriores, se opta por una solución de doble piel que, si bien tiene matices para resolver cada orientación, confiere una apariencia unitaria a las distintas piezas del complejo.

El oasis como contrapunto al desierto